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Catas y Terruños

Cata de Vinos -  Análisis sensorial

La cata es el acto donde se prueban con atención distintos tipos de vinos para apreciar sus cualidades, se escriben sus impresiones y asignan puntaje. Es la evaluación sensorial del vino. 

El Objetivo es poner en palabras lo transmitido por los sentidos.

Los puntajes que obtienen los vinos implican la disciplina y el carácter de cada uno de los paneles realizados para evaluar las bebidas.

El método más confiable y seguro es la cata a ciegas

Las botellas están tapadas con un cono de papel y tienen un número para identificarlas; cada vino se sirve en una copa que tiene el mismo número de la botella. Cuando se inicia la cata, cada catador encuentra sobre una mesa los vinos y en una carpeta las fichas con el tipo de cepa que van a probar, el número del vino, el de la copa y la botella; en algunos casos también está el rango de precios y, a continuación, los espacios con los puntajes, discriminados así:

• Color: 10 puntos (transparencia, tonalidad e intensidad).

• Aroma: 20 puntos (carácter, finura, intensidad y armonía).

• Sabor: 30 puntos (carácter, intensidad, cuerpo, persistencia y retrogusto).

• Valoración global: 40 puntos.

Esta misma técnica es la que utiliza Mercado-Vino.com para evaluar los vinos propuestos.

Para mayores detalles del trabajo de cata mirá la siguente revista:

 

El vino argentino en imágenes

 

Cuyo 

Mendoza - El Oasis Norte

Es el más importante y antiguo oasis de riego de la Argentina, los alrededores de la capital mendocina son uno de los mejores lugares del planeta para hacer vino, tan bueno que hay que poner real malicie para hacer vinos flojos. 

Dentro de esta zona se reconocen dos regiones bien diferenciadas, el Alto Valle del Río Mendoza, es la zona más alta y apegada a la ciudad y al pedemonte precordillerano, con mayor amplitud térmica entre el día y la noche durante el verano, cuando maduran las uvas. Es además donde subsisten los paños de viñedos más añosos, con suelos más pedregosos.

Mendoza es la octava capital mundial del vino. Mendoza, como ciudad miembro de la Red, fue aceptada en la Asamblea Anual de las Grandes Capitales del Vino en el año 2006.

Luján de Cuyo - Tierra del Malbec

Luján de Cuyo, a 30 km. de la ciudad de Mendoza, en las primeras estribaciones de la Cordillera de los Andes, constituye un terroir de excelencia, en el que han armonizado de manera incomparable los dones de la naturaleza y la sabiduría del hombre para convertirlo en la mejor zona vitivinícola de la Argentina, con proyección universal de sus vinos. Este región incluye bodegas reconocidas, entre ellos Alta Vista, Belasco de Baquedano, Catena Zapata, Bodega Chandon, Norton, Nieto Senetiner, Viña Cobos y Vistalba.

Destinado a postal de belleza nostálgica, con la montaña potente, cielos azules con soles intensos, clima seco y fresco, y tierras áridas y arenosas, a veces benditas por baños aluvionales que bajan de la montaña por el Río Mendoza, la zona hoy conocida como Luján de Cuyo, entre 700 a 1.000 metros (3,280ft) sobre el nivel del mar, fue transformada por el hombre, desde los tiempos ancestrales de las culturas inca y huarpe, con el aporte de migraciones españolas e italianas, en un área de cultivos de zapallo, maíz y porotos, y posteriormente, de la vid.

Convertido en vergel por obra de la combinación de un microclima irrepetible y de manos rústicas y hacendosas de hombres que supieron de suelos por el imperio de los siglos, esta tierra es hoy la principal zona de producción de variedades de uva de la República Argentina. Allí las bodegas producen Cabernet Sauvignon, Syrah, Chardonnay, Sauvignon Blanc, Pinot Gris y Torrontés de la mejor calidad. Pero fundamentalmente es en Alto Agrelo, en Luján de Cuyo, donde se logra la mejor uva Malbec del mundo.

También conocida como "Primera Zona" de los vinos argentinos, comprende diferentes distritos de los departamentos de Luján de Cuyo. Sus vinos han ganado innumerables premios y son reconocidos entre los mejores de todo el país. La Zona de Luján de Cuyo es un verdadero oasis para el cultivo de una amplia gama de variedades de uva fina. Estos viñedos están ubicados entre 750 y 1100 metros (2,460-3,6210 ft) sobre el nivel del mar. Las condiciones climáticas (15º de temperatura promedio) permiten la formación de color y taninos en los vinos haciéndolos aptos para un envejecimiento prolongado. Las denominaciones que se encubran a gran altura como Vistalba, Las Compuertas o Perdriel son más frías. A medida que se desciende, las temperaturas aumentan, conformando distintos terruños en relativamente poca distancia (no más de 20km).

El Malbec es su cepaje típico, algunos viñedos de más de 50 años que constituyen un patrimonio vitivinícola insustituible. En las zonas de mayor altura el vino tiene más cuerpo, acidez y color, condiciones que van disminuyendo a medida que se desciende en altitud. Otros cepajes característicos de la zona son Cabernet Sauvignon, Merlot, Pinot Noir, Syrah, a partir de los cuales se elaboran vinos tintos de guarda y vinos primicias. En blancos, el Chardonnay y el Sauvingnon Blanc logran su mejor expresión aromática. El Semillon se adapta muy bien a las regiones mas elevadas sobre la margen derecha del Río Mendoza, produciendo un vino de excelentes características, apto para envejecer.

 

Valle de Uco - Oeste de Mendoza

El Valle de Uco es un valle que se encuentra al norte del río Tunuyán y forma parte de los departamentos de Tunuyán, Tupungato y San Carlos, en la provincia de Mendoza, Argentina. Cuenta con una extensión total de 17370 km2.

El valle tiene altitudes que oscilan entre los 900 y los 1200 msnm, y está rodeado por las altas cumbres de los Andes. Es una zona muy fértil, con lluvias no muy abundantes y heladas casi diarias en los meses de junio, julio y agosto. Es un pasaje ideal para ser visitado gracias a la diversidad de actividades que se pueden realizar: turismo aventura, religioso, cultural, rural, el contacto con la naturaleza y los Caminos del Vino.

El Valle de Uco es, también, una importante región vitivinícola, considerada incluso como una de las mejores en toda la Argentina. La temperatura promedio es de 14°C, con una gran amplitud térmica entre el día y la noche. La combinación de la gran altura, los suelos aluvionales, la irrigación, más de 250 días soleados al año, poca lluvia y una amplitud térmica favorece el cultivo de vid. Estos elementos climáticos y geográficos proveen una excelente maduración y concentración de los frutos, proporcionando colores profundos, aromas intensos, sabores agradables y texturas importantes.

San Rafael - Sur de Mendoza

En el sur mendocino se encuentra el oasis productivo más austral de la provincia.

Los viñedos sureños están ubicados a menor altitud que los del resto de la región. Estos descienden suavemente hacia el este desde los 800 metros sobre el nivel del mar hasta los 450.

Irrigados por las aguas del río Atuel y el Diamante, y con el 18 por ciento de los viñedos de la provincia, producen mostos destinados a vinos de mesa y a la elaboración de notables vinos finos, enraizados en suelos aluvionales calcáreos. El clima más fresco es el responsable de niveles de acidez mayor, motivo por el cual variedades blancas como el Chenin presentan un excelente comportamiento.

Los niveles de amplitud térmica presentes en la zona favorecen la producción de antocianinar, también responsables del color en los vinos. Variedades tintas como el Cabernet Sauvignon, Malbec y Bonarda son los puntos de partida para la obtención de vinos de excelente cuerpo visual, que van ganando día a día posiciones importantes en los mercados internacionales.

Para más referencias considerar la información suministrada por http://es.wikipedia.org/wiki/San_Rafael_(Mendoza).

 

San Juan - Valle de Tulum

La provincia de San Juan es una de las regiones vitivinícolas de Argentina que se consideran como más calidas. En esta provincia existen más de 62.000 ha de viñedos y su producción de vinos representa más del 20% de la producción nacional. Tradicionalmente la región se ha dedicado a varietales de alta producción como Cereza, Torrontés Sanjuanino y Moscatel. En las condiciones locales se obtienen uvas de alta gradación azucarina que se destinan a la producción de vinos de mesa. Actualmente existe una expansión del cultivo de varietales nobles de vinificar sobre todo uvas tintas.

Entre las variedades tintas se encuentra el Cabernet Sauvignon, Syrah y Merlot, preferentemente. Pero es destacable comentar la alta adaptabilidad de la variedad Syrah en la región, lo cual esta dando muy buenos resultados en las últimas añadas. El sistema de conducción más utilizado en la zona, es el de espaldero alto y parral, y posee más de 2000 ha. de plantaciones de alta calidad enológica.

La provincia esta atravesada en sentido norte sur por 3 sistemas orográficos: La cordillera de los andes, la precordillera y las sierras subandinas. Entre las cadenas montañosas se forman valles longitudinales y planicies de pedemonte. Su clima es árido y dependiendo de la altura templado calido a alpino. En la zona de valles la temperatura promedio anual es de 14 a 19ºC, las precipitaciones van desde los 55 a 290mm anuales lo que obliga al riego de la vid dado el déficit hídrico. Debido a esto los cultivos se ubican sobre suelos llanos irrigados por los ríos Jachal y San Juan. Generalmente los suelos están constituidos por sedimentos gravitatorios, eólicos o fluviales.

El valle de Tulum tiene una superficie de 323.000has con una longitud aprox. De 100km y un ancho variable entre 5 y 50km, sus limites orográficos son al oeste las sierras chicas del Zonda, Loma de Las Tapias y sierras de Villicum y hacia el este la sierra de Pie de Palo.

Es una depresión tectónica intermontaña, rellena de sedimentos cuaternarios. Hacia el Oeste esta marginado por los cordones montañosos de la precordillera oriental con rocas de edad paleozoica inferior. Hacia el este se ubica la sierra Pie de Palo, perteneciente al sistema de las sierras pampeanas occidentales con rocas metamórficas de edad precámbrica a paleozoica inferior. Algunos afloramientos de sedimentitas rosadas del terciario aparecen adosadas a los cordones montañosos. Dentro del valle se destacan dos elevaciones metamórficas aisladas que forman los cerros Valdivia y Cerrillo Barboza, ambos emergen unos 300 mts. por encima del valle que está a unos 600 msnm.

Los suelos provienen de materiales aluvionales, se trata de suelos jóvenes, inmaduros, depositados por el Río San Juan en el cuaternario tardío. Los materiales provienen del transporte y sedimentación de este río y de procesos eólicos de las formaciones montañosas periféricas, además se presentan algunas formaciones medanosas de distinta altura que le dan aspecto al valle de suavemente ondulado.

El valle de Tulúm es una zona vitivinícola de preponderancia en la provincia de San Juan, Argentina, en donde se concentra una cantidad importante de bodegas, las cuales están abriendo sus puertas al turismo, y con interesantes actividades, y posee su "Ruta del Vino" para realizar el recorrido de distintas bodegas de la región.

El clima se caracteriza por desértico, con escasas precipitaciones, y algo muy importante para el desarrollo vitivinícola, es su importante oscilación térmica, ya sea en términos anuales como diarios. El clima se caracteriza por ser seco, donde en verano sus temperaturas promedios rondan los 27 °C, llegando a temperaturas de 34°C, y en invierno con temperaturas promedio de 8°C, pudiendo llegar a temperaturas de -8°C. Las precipitaciones no superan los 20 mm. en la mayoría de los meses, lo cual hace importante la provisión de agua para el desarrolla de la viña, y las mismas son más frecuentes en el verano, con riesgos de grandes tormentas y caída de granizo.

Region del Noroeste

Comprende las provincias de Salta, Catamarca, La Rioja y Tucumán. Los oasis del noroeste se ubican entre los 22º y 29º lat. Sur. El torrontés es la variedad predominante de esta zona. Comprende las siguientes subregiones:

Salta - Valles Calchaquíes


La región vitivinícola de los Valles Calchaquíes se emplaza en una geografía enmarcada por los vientos y el sol. Ubicada al Sudoeste de la provincia de Salta, la atraviesa la mítica ruta nacional 40 (de casi 5.000 Km total), uniendo los pueblos de Payogasta, al norte, y Tolombón, al sur.
Dentro de la amplia biodiversidad geográfica que ofrece Salta, la región vitivinícola de los Valles Calchaquíes está rodeada de cordones montañosos de inusual belleza y colores, brisas de montañas, cielos límpidos e históricos poblados.
Fue en el siglo XVIII que los Jesuitas plantaron las primeras vides y desde entonces los valles vienen acumulando viñedos y bodegas. Su notable crecimiento es consecuencia de la altísima calidad de sus vinos, contando actualmente con más de 3.200 hectáreas, entre los departamentos de cafayate, San Carlos, Angastaco, Molinos y Cachi.

Las bondades del Valle radican en su ubicación que permite desarrollar una vitivinicultura continental alejada de grandes masas de agua y a una altura sobre el nivel del mar que modera la temperatura. Los Valles Calchaquíes tienen los viñedos de mayor altura, que van desde los 1.750 m.s.n.m. en Cafayate hasta los 2.700 y 3.015 m.s.n.m. en Molinos y Payogasta. El valle cuenta con una superficie total de 2650 hectareas de viñedos.

El clima es árido, seco y templado, con una gran amplitud térmica que pueden llegar a los 20ºC (68º F) entre el día y la noche, favoreciendo la maduración y concentración de aromas. El período medio libre de heladas es de 230 días y las precipitaciones medias inferior a 200 mm. Anuales. Más de 300 días de sol por año hacen posible una mejor capacidad de fotosíntesis que mejora la productividad. Por su parte los vientos aseguran la sanidad de los viñedos, existiendo menos probabilidad de enfermedades por la baja humedad del ambiente.

Sus suelos son franco-arenosos de buen contenido de Potasio proveniente de la roca madre y escaso contenido de Fósforo y Nitrógeno, con muy buena permeabilidad que evita la acumulación de agua. El agua se la capta principalmente de los ríos Calchaquíes y Santa María, proveniente del deshielo de la Precordillera ó mediante perforaciones.

En los Valles se pueden encontrar los más gruesos y añosos troncos arbóreos de vid de Sudamérica y en Cachi ó Payogasta jóvenes viñedos.

Se cultivan diversas variedades, destacándose el Cabernet sauvignon y el Malbec, aunque la más emblemática es el Torrontés, cepaje blanco distintivo de los vinos argentinos, siendo este el único país productor. El origen de está variedad es incierto y discutido, posiblemente se trate de la mutación de alguna cepa cruzada accidentalmente con vides silvestres. Su implantación en el Valle Calchaquí, donde adquiere su mejor expresión. El perfume del Torrontés tiene reminiscencias florales y vegetales. 

Los tintos por su parte, son de gran estructura, alto contenido de antocianos (color intenso), taninos amables en el paladar, estructura polifenólica (taninos) y con buen potencial de guarda.

El Malbec es la cepa más extendida y característica de la vitivinicultura argentina. La mayoría de los expertos internacionales coinciden en definir al malbec argentino como el mejor del mundo. En el Valle Calchaquí logra descriptores destacados debido a la altitud de las vides, pudiendo describir estos vinos como redondos, aromáticos y de intenso color.

Jujuy - Bodega Fernando Dupont


Ubicada en el paraje de San Pedro de Mainará, un vergel que aliementa el Rio Grande. Alrededor, los cerros muestran variedades de colores con gran manifestación mineral. La severidad del habitat esta marcado por el sol intenso y las escasas lluvias, generando un suelo reacio a la fertilidad.

La uva malbec ocupa el 80% del viñedo, 15% de Syrah y 5% de otras cepas. 

Tucumán

La zona de los valles Calchaquies en esta provincia cuenta con 5 bodegas con unas 20 variedades de vinos.

Tucumán es una provincia con tradición vitivinícola de 130 años que se inició con la variedad Criolla Chica. Hoy los varietales implantados son Malbec, Cabernet Sauvignon, Bonarda, Syrah, Tannat y Torrontés. 

El terruño presenta condiciones únicas gracias a la altura, más de 1.700 msnm. y que llega a superar en algunos puntos los 2.500 msnm, la fuerte influencia del sol, vientos suaves constantes de norte a sur, su suelo franco arenoso, permeable y profundo, además de la gran amplitud térmica.

Los vinos que se producen en la zona son fiel reflejo de su origen: Colores profundos y brillantes, donde predominan el rojo rubí y el amarillo brillante, con aromas simples y especiados, fuerte presencia de frutos rojos y pimientos, con sabores dulces, frutados y maduros y una equilibrada presencia de alcohol. Los vinos tucumanos son fuertes y estructurados.

 

Los Viñedos se trabajan con una modalidad orgánica, con abonos naturales de guano y aporte de residuos orgánicos de otras producciones agrarias y las conducciones son en parrales para las variedades blancas para evitar la excesiva exposición al sol, y en espalderos para las tintas. El agua para riego por goteo se obtiene de pozos semisurgentes de aguas con una profundidad entre 80 y 200 mts. También se utiliza agua de deshielo para regar condicida por canales de piedra de las vertientes de las Altas Cumbres del Cajón.

CHILECITO- NONOGASTA

Chilecito, Anguinan, Famatina y Nonogasta son las zonas que concentran la producción vitivinícola de la provincia de La Rioja.

Las áreas de cultivo de vino de altura (a más de 1.200 msnm) se encuentran flanqueadas por dos cadenas de sierras, las de Famatina en la estribación occidental y las de Velazco en la oriental. 

Los suelos de esta provincia son arenosos, pedregosos y regados por rios de montaña. Las variedades que mejor se adaptan son el Bonarda, Cabernet Sauvignon, Syrah, Moscatél y Torrontés.

Las uvas de esta región producen vinos con altos niveles de azúcares y pobreza de acidez. Conforman así un catálogo de variedades sumamente aromáticas, entre las que se destacan la Torrontés Sanjuanina, la Moscatel de Alejandría y la Torrontés Riojana, siendo ésta última la variedad más adaptada a los factores agro-ecológicos predominantes.

La historia de sus cultivos principales se remonta a la llegada de los conquistadores, prosperando en dos microclimas aptos para cada uno de ellos: el Olivo en Arauco y La vid en el Valle de Antinaco – Los Colorados, donde está inserto Chilecito.

La provincia cuenta con un total de 42 bodegas y 2.635 hectareas cultivadas.